La flexibilidad de la Musicoterapia

Muchos objetivos pueden ser alcanzados por los servicios de musicoterapia clínica. A diferencia de otros servicios de apoyo que tienden a tener áreas objetivo limitadas, la musicoterapia pasa por múltiples modalidades y, por lo tanto, puede responder a múltiples necesidades al mismo tiempo. La musicoterapia no está definida por un área específica de operación, sino que se caracteriza por actividades particulares que involucran la música como enfoque. Los cambios en los comportamientos musicales se reflejan como cambios en áreas no musicales (en la estructura interna de la persona).

Al ser una especialidad definida por la actividad más que por el área de operación, la musicoterapia tiene una amplia gama de aplicaciones y podría tener una mayor efectividad cuando se combina con tratamientos específicos y, por lo tanto, se utiliza como una terapia integral.

Palabra y lenguaje

La música como un proceso del hemisferio derecho puede facilitar el lenguaje, que es un proceso del hemisferio izquierdo. Las entonaciones de sonidos melódicos son elementos rudimentarios para el habla. Un niño no verbal que es resistente al lenguaje puede sentirse más cómodo en las actividades sin prejuicios y no verbales de hacer música donde cualquier sonido vocal es aceptado como una parte creativa de la música improvisada.

Aprender palabras y articular fonemas particulares puede ser ayudado cantando canciones. Cuando el musicoterapeuta crea un ambiente psicológico cómodo, los niños tienden a sentirse relajados y disminuyen las inhibiciones relacionadas con el habla, dejando emerger el lenguaje natural.

Físico y cinestésico

La capacidad de la música para relajarse y motivar, como en el desarrollo del lenguaje, también es relevante para el desarrollo físico. Las limitaciones en los movimientos se reducen, cuando se motiva a participar en la creación musical, ya que pueden alcanzar un instrumento a una distancia estratégicamente colocada aumentando así la extensión física.La música lenta y dulce puede relajar las contracciones musculares hipertensivas para permitir una mayor flexibilidad.

Educativo

Algunas de las muchas formas en que la musicoterapia puede apoyar la educación de los niños en las áreas del desarrollo cognitivo, particularmente en la resolución de problemas. Las canciones pueden facilitar el aprendizaje asociativo cuando un sonido está conectado a un concepto, así como conectar un sonido vocal particular con un movimiento corporal particular. La estimulación multimodal (visuales, auditivos, kinestésicos) mejora el aprendizaje al proporcionar más de una vía neuronal (Joseph, 1990).

El proceso creativo en sí mismo puede verse como una tarea de resolución de problemas. Los niños con discapacidades, por ejemplo, tienen el desafío de adaptar sus habilidades existentes de manera que les permitan producir música. Algunas actividades musicales están estructuradas para desafiar a crear un sonido o movimiento corporal diferente de los creados por otros participantes del grupo. La música proporciona la motivación, la estimulación afectiva y la estructura para ayudar con estos procesos cognitivos.

Psicológico

Muchas áreas del funcionamiento mental se pueden enumerar aquí y abordar dentro de las sesiones de musicoterapia. Una función, el control de impulsos, es especialmente relevante para la población con educación especial.

El ritmo básico y la pulsación de la música son elementos organizativos. Cuando un cliente puede internalizar el ritmo constante de una canción, puede comenzar a experimentar orden y estructura. La música de los niños impulsivos tiende a tener ritmos inestables y poca organización (Nordoff & Robbins, 1985). El uso de la estructura intrínseca de las canciones puede fortalecer en la persona un sentido de orden interno, evidenciado por la adherencia al ritmo de la música.

Social

El entorno grupal en musicoterapia es ideal para facilitar la socialización y las interacciones interpersonales. Cuando los miembros del grupo juegan juntos, están unidos por un ritmo musical común y esta unidad contribuye a la cohesión del grupo. Crear y tocar diferentes motivos musicales o instrumentos de diferentes sonidos en la canción permite a los niños expresar la individualidad mientras participan como grupo. La música proporciona un medio más concreto en el que se manifiestan las dinámicas de grupo.

La musicoterapia puede ayudar a aumentar la percepción social básica en actividades que requieren que un participante imite el movimiento corporal o el patrón rítmico de otro participante. La toma de turnos y el control de impulsos se pueden desarrollar en actividades en las que se pasa una herramienta alrededor del grupo, lo que obliga a los niños a esperar durante el solo de otro niño. Dos niños tocando simultáneamente en un tambor también pueden ser una experiencia de socialización porque cada niño tiene que negociar el espacio del instrumento musical.